El señor de la noche: Brahim Díaz héroe del Real Madrid ante el Granada.

Con un gol y una jugada espectacular, Brahim le da la victoria a los Blancos y asegura el primer lugar.

Cuando el sol se oculta y se despide del Santiago Bernabéu con sus últimos rayos junto a un precioso atardecer llega la noche y los contrincantes entran al hogar del Real Madrid buscando sacar puntos, es este momento que es necesario un héroe, alguien que le guste trabajar en silencio y para el bien de los de casa, el caballero apareció con el nombre de Brahim Díaz para resolver cualquier problema ofensivo que pudieran tener al no tener a su jugador más desequilibrante Vini Jr.  

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Un momento que nunca se desea ver es cuando la película tiene su parte triste y un jugador sale porque el físico no le permite dar el cien por ciento del esfuerzo, en esta ocasión le tocó al arquero del Granada, que entre aplausos por parte del Bernabéu sale poco a poco y le otorgó la responsabilidad al portugués André Ferreira.

El fútbol es ese maravilloso deporte con el cuál se pueden escribir miles de historias y todo el mundo puede grabarse diciendo la predicción del resultado, incluso parece más sencillo en un partido donde el bueno del cuento se encuentra en primer lugar en su campo y con su gente al penúltimo de la tabla el villano de la cinta buscando cambiar las cosas y una vez comienza el partido todo puede pasar, a eso jugó el Granada, ellos buscaban una respuesta a una temporada de terror y la primera parte parecía algo factible, incluso se encontraron gestos y señas de desesperación por los Blancos.

La situación estaba apagada, el público tenía las palomitas pero le faltaba la emoción, fue hasta que un reclamo de Bellingham con el árbitro le propinó una tarjeta amarilla al inglés y a Rüdiger el Madrid despertó y encendió los motores de esa máquina de creación de juego alemana llamada Toni Kroos, con la clase que ha demostrado siempre encontró dentro del área al señor de la noche, Brahim, para dar calma y contundencia con un gol que suma al marcador y también a su cuenta personal, algo que el hispano-marroquí necesitaba para seguir justificando el porqué de sus minutos y oportunidades esta temporada de vuelta en el Madrid.

La segunda parte comenzó entre varios abucheos del público dirigidos a los árbitros convertidos en los nuevos malvados del relato, pero para rápidamente cambiar los por gritos negativos por unos de júbilo, una jugada creada por el esfuerzo de Brahim al estilo de un murciélago esquivando a los rivales y encontrando a un Rodrygo que estaba esperando esa oportunidad en el momento exacto y en el sitio adecuado se lograría la calma y la seguridad que este día no habrá ninguna sorpresa gracias al hispano-marroquí que se convirtió en el señor de la noche.